Sensores de fatiga
6 junio, 2025 Tecnopreven

Sensores de fatiga en el trabajo: cómo evitar accidentes antes de que ocurran

En sectores como la construcción, el transporte o la industria manufacturera, la fatiga física y mental de los trabajadores es un factor de riesgo que puede derivar en accidentes graves. Ante esta realidad, cada vez más empresas en España integran sensores de fatiga como parte de sus estrategias de prevención de riesgos laborales (PRL)

¿Qué detectan los sensores de fatiga laboral?

Los sensores de fatiga recopilan y analizan datos biométricos y de comportamiento para anticipar situaciones de sobreesfuerzo. Entre los parámetros más frecuentes:

  • Frecuencia cardíaca y variabilidad del pulso
     
  • Parpadeo y cierre ocular prolongado (detección ocular mediante infrarrojos)
     
  • Cambios en la postura o “micro dormidas”
     
  • Actividad electroencefalográfica (EEG)
     
  • Temperatura corporal y nivel de sudoración
     
  • Reacción al entorno y tiempo de respuesta

Estos datos son procesados mediante algoritmos de inteligencia artificial, que identifican patrones compatibles con cansancio acumulado, somnolencia o disminución de reflejos.

¿Cómo se integran en el entorno laboral?

  • Gafas inteligentes con análisis ocular
     
  • Pulseras o bandas con sensores cardíacos
     
  • Cascos inteligentes con EEG
     
  • Ropa laboral con sensores textiles integrados

Estos dispositivos se conectan a plataformas centralizadas (dashboards) que permiten a los responsables de PRL monitorizar indicadores en tiempo real, lanzar alertas preventivas o planificar descansos adecuados según la carga de trabajo.

Aplicación práctica en España: de la mina al volante

En España, empresas del sector minero, logístico y ferroviario ya han comenzado a incorporar este tipo de tecnología en sus protocolos de seguridad laboral. Por ejemplo:

  • En conductores de largo recorrido, permiten detectar microsueños antes de que se produzca un accidente in itinere.
  • En operarios de maquinaria pesada, ayudan a prevenir errores por lapsos de atención.
  • En entornos con turnos rotativos, permiten gestionar mejor la fatiga acumulada.

Conclusión: sensores de fatiga, una inversión en seguridad y rendimiento

El uso de sensores de fatiga no es solo una cuestión tecnológica: es una herramienta de gestión proactiva de la salud laboral. Integrarlos en el entorno de trabajo mejora la toma de decisiones, reduce la siniestralidad y potencia la productividad. Además, posiciona a la empresa como referente en innovación y compromiso con el bienestar.